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EDUCAR PARA SER UNO MISMO

EDUCAR PARA SER UNO MISMO

A través de la historia grandes maestros nos han enseñado la importancia de conocernos a nosotros mismos, me refiero primero a Jesús quien predicaba: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Ya el concepto amor significa conocerse. ¿Cuanto me amo Yo? Debo saberlo para poder amar de la misma forma al prójimo. Otro gran maestro que nos enseño algo similar fue Buda, quien decía que para alcanzar la felicidad, el Nirvana, había que conocerse a si mismo. Estas enseñanzas no han cesado y cientos de otros maestros nos han seguido diciendo y enfatizando que lo principal en la vida es aprender a conocernos. ¿Quién soy Yo?. ¿Cuál es mi misión en la vida?. Ramana, Rudolph Steiner, Einstein lo siguieron planteando. En Varela y Maturana también encontramos esta insistencia. No obstante los maestros en las escuelas, liceos y universidades enseñan materias. ¿Qué parte de estas enseñanzas no hemos entendido?

Dejo a continuación un texto perteneciente a un gran psicólogo y pensador chileno, Claudio Naranjo, publicado en Nueva Mirada, quien también nos puede enseñar mucho al respecto.

 

Los educadores son personas con una vocación materna, sean hombres o mujeres, que es como la prolongación del espíritu materno de educar, una forma de maternizaje y, sin embargo, todo esto está sujeto a las decisiones de políticos de la educación, generalmente internacionales, que no saben lo que ocurre de primera mano, que no tienen esa vocación, ese sentido, esa sensibilidad y sólo piensan en rendimientos, beneficios económicos futuros, que piensan más a través de sus ordenadores que con su sensibilidad intuitiva. Y entonces es otra traición al espíritu verdaderamente pedagógico, a la vocación matrística, digamos, una traición en que el amor queda supeditado al modelo: que nos vayamos a parecer lo más posible a Singapur, desde que se descubrió que los de Singapur lo hacen mejor en cuanto a sacarse buena nota y "estrujan" más a la gente, pues es un sistema en esencia policial, donde se azota a la gente si escupe en la calle, donde se mete a la cárcel a cualquiera por cualquier pequeña infracción. Ese espíritu de tener a la gente dieciséis horas al día estudiando para dar exámenes, eso es lo que ahora se cree que es el futuro de la educación.

Así que yo creo que hay una gran tragedia en la educación, se está aplastando al espíritu humano con gran ignorancia de lo que se está haciendo. Si quisiéramos transformar el mundo necesitaríamos transformar a las personas, no se puede a través de la religión solamente o de la psicoterapia solamente, son vías minoritarias, hay que sentir un anhelo de otra cosa para hacer los grandes sacrificios que llevan a la transformación. Una persona para empezar a nadar contra la corriente y salvarse o para limpiarse el alma y arreglarse el mundo interior, necesita esfuerzos, ya que son pocas las personas que llegan al final del camino, ni a la mitad del camino y hoy en día también eso se está haciendo difícil por las realidades económicas (...)

(...)Yo propongo siempre que la educación tenga un elemento análogo al de la terapia rogeriana, "centrada en el cliente": se debe hacer una educación centrada en el niño, en que los intereses del niño cuenten y no se mate la espontaneidad, no se mate la curiosidad, no se mate el ansia de aprender. Todas las cosas que se "embuten" después quedan por el camino, sirven por un rato y después impiden la educación real, el aprendizaje real. Y aprendizaje es cambio; escribir y leer, calcular no son educación, son instrumentos de la educación, pero no fines de la educación.

Y yo creo que en esto se equivocan a menudo los padres, pues muchas veces hay educadores reales aquí y allá, colegios que quieren hacer cosas innovadoras y no son solamente las instituciones o la burocracia central de los diversos países la que con sus exigencias de exámenes interfiere con las prioridades del desarrollo. Es la misma comunidad, la inercia social del ambiente la que se torna en una interferencia respecto a la necesaria reforma. Los padres dicen "pero ¿por qué a mi hijo no le enseñan las cosas importantes? Todavía no lo hace bien, no se saca buenas notas en cosas básicas y están haciendo esas cosas rebuscadas".

Lo que se necesita no es simplemente una educación que tenga tal o cual ramo más, como un decorado o signo de modernización, sino que haya desde la base un planteamiento de que educar es ayudar al desarrollo completo del ser humano, y eso significa educar para una transformación y educar seres completos. Y educar seres completos es educar para SER, no sólo para hacer. Y el ser es una vivencia que solamente puede tener una persona completa. Yo creo que todos nuestros males, toda psicopatología puede ser reinterpretada desde la carencia de ser.

Freud interpreta la neurosis como un bloqueo de las pulsiones, de los impulsos. Yo creo que más profunda es la interpretación existencial de que uno tiene un anhelo de llenar cierto hueco y siente un vacío, apenas lo reconoce, porque la cultura no tiene nombre para eso, para esa… podría llamársela ansia metafísica. Entonces no habiendo eso, uno llena ese vacío con toda clase de substitutos. Lo llena con la intensidad de las drogas y el rock & roll y las motocicletas y el vivir peligrosamente; otros lo llenan con un ansia de saber y se hace muy erudito, el otro lo llena con una sed de aplausos, otro lo llena con una adicción al amor. Pero todo eso son aguas que no calman la sed, son maneras de querer llenar ese vacío central con una cosa que no puede ser llenada sino con el sentirse: Yo Soy.

Nos vemos pronto.

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